TERAPIA COGNITIVO-CONDUCTUAL ASISTIDA CON PERROS
En España ya hay más de 50.000 niños tutelados por el Estado
Casi la mitad viven en casas de acogida y la otra mitad en centros residenciales. Son niños y adolescentes que han tenido que ser apartados de su núcleo familiar por situaciones relacionadas con el maltrato, abandono o la imposibilidad de la guarda o tutela por parte de los padres.
La mayoría de ellos presentan algún trastorno psicológico como tristeza, vínculos familiares dañados, falta de empatía, dificultad en la gestión de las emociones, sentimientos de culpa, violencia intrafamiliar, falta de atención, baja tolerancia a la frustración, fracaso escolar y problemas importantes en la adaptación personal y/o social.
Trabajando la autoestima desde el cariño
Se realizan 12 sesiones de dinámica grupal y lúdica en grupos de hasta 10 menores residentes en estos centros tutelados por el Estado, y principalmente son chicos y chicas de edades comprendidas entre los 12 y los 18 años.
El objetivo de estas sesiones es ayudar al menor a poder entender, integrar y resolver todas esas experiencias pasadas que le afectan emocionalmente en su día a día.
En estas sesiones de terapia, el experto va acompañado de un perro de terapia especialmente entrenado para este trabajo. La presencia del animal en las sesiones reduce su nivel de ansiedad, facilita la superación de sus barreras psicológicas y ofrece al menor una sensación de afecto, seguridad y tranquilidad que le hace más fácil compartir sus miedos, preocupaciones y emociones.
Los responsables de los centros tutelados con los que trabajamos son quienes seleccionan aquellos menores que por sus características emocionales necesitan este tipo de terapia. Una vez elegido el grupo, se acuerdan los objetivos individuales y grupales y se trabaja siempre conjuntamente con los profesionales del propio centro.
Los animales como recurso terapéutico
El perro es el recurso terapéutico principal y se convierte en el espejo de todas las acciones y emociones que van surgiendo durante las sesiones.
Estas sesiones se centran en:
Reforzar el trabajo en positivo entre el perro y los menores y de manera natural, se establecen unos vínculos afectivos sanos.
Aprender a establecer unos límites de manera proporcional y adecuada.
Tomar consciencia de la comunicación corporal y verbal que se da entre los animales y las personas.
Potenciar la capacidad de pensamiento autocrítico de forma positiva
Aprender a reflexionar antes de actuar y mejorar su empatía.
Aprender a mostrar y gestionar bien sus emociones.